Llamados a ser "Misioneros de la Misericordia" en las Familias

Al comienzo de nuestro caminar en la fe como Comunidad Matrimonial Alegría y como Pastoral Familiar del Minuto de Dios quiero hacerles extensivo el desafío  del Papa Francisco, con motivo del año de la Misericordia, para convertirnos todos en “Misioneros de la Misericordia” en cada Encuentro de Renovación Matrimonial (ERM) o de Renovación para Novios (ERN), en cada Seminario de Vida en el Espíritu (SVE), en cada Curso de reconocimiento de la Fertilidad; en cada Congreso o Jornada de la Espiritualidad, en la Asamblea de los viernes y en cada consejería en la Casa “Alegría” o Casa de la “Escucha”. 

Afirma el Papa Francisco: 

“Durante la Cuaresma de este Año Santo tengo la intención de enviar los Misioneros de la Misericordia.  Serán un signo de la solicitud materna de la Iglesia por el Pueblo de Dios, para que entre en profundidad en la riqueza de este misterio tan fundamental para la fe”. (MV 18). 

Según el pensamiento original del Papa, su mirada se dirige a los sacerdotes a los cuales “daré autoridad de perdonar también los pecados que están reservados a la Sede Apostólica”.  Pero de una manera extensa se dirige  a todos los laicos que se han comprometido en la Pastoral Familiar, que se convierten, también, en ministros de la Reconciliación y del Perdón, gracias a su consagración bautismal:

“Serán, sobre todo, signo vivo de cómo el Padre acoge cuantos están en busca de su perdón”.  Serán misioneros de la misericordia porque serán los artífices ante todos de un encuentro cargado de humanidad, fuente de liberación, rico de responsabilidad, para superar los obstáculos y retomar la vida nueva del Bautismo”

El modelo lo tenemos en el mismo Jesús en su encuentro con la mujer acusada de  adulterio que todos quieren condenar y lapidar: “Tampoco yo te condeno. Ve y en adelante no peques más” (Jn 8,11). El imperativo “ve y en adelante…” supone que Jesús recupera la total confianza en esa mujer.  No importa su pasado lleno de confusión y de humillación.   Es como si le dijera “tú eres capaz de amar, de ser fiel, de construir una vida digna”.  Sigue adelante, ve a construir un futuro digno porque “eres mujer” no una “adultera” como todos la califican. A las personas no las definen sus pecados, sus errores;  las definen sur ser en Jesucristo, nuestro Hermano mayor, “Hijos/as amados/as de Dios” (Cfr. Lc 3, 22) y como dice San Pablo “Todos han pecado y están privados de la presencia de Dios. Pero son perdonados sin merecerlo, generosamente, porque Cristo Jesús los ha rescatado” (Rm 3, 23-24).   

Jesús tiene que enfrentar a aquellos que ven el pecado afuera, en los demás y no dentro de sí.  “El que no tenga pecado, tire la primera piedra” (Jn 8, 7). Decía Papa Francisco que nuestra sociedad es cruel con el pecador y lo comprobamos frecuentemente en nuestra sociedad colombiana, con el amarillismo de algunos medios de comunicación que, sin pudor ni respeto, se ensañan con la persona que se ha equivocado.  Eso nos degrada a todos, nos hace perder la confianza básica para construir relaciones sanas tanto en la familia como en la sociedad.

No nos cuenta el evangelio que pasó después con la vida de esta mujer.  Pero si estamos seguros que salió  del encuentro con Jesús perdonada, reconciliada consigo misma, con ganas de amar, dignificada porque Jesús despertó  su dignidad de “mujer”;  palabra  que aparece dos veces en el evangelio de Juan, cuando Jesús se dirige a su Madre (cfr. Jn 2,4; 19,26).

¿Qué cosas se requieren para ser un misionero de la Misericordia según San Juan Eudes?

1.Tener compasión de la miseria del otro, porque es misericordioso el que lleva en su corazón, por compasión, las miserias de los miserables.

2.Tener una gran voluntad de socorrerlos en sus  miserias.

3.Pasar entonces del querer al hecho.  

Toda la vida de Jesucristo es leída por San Juan Eudes en clave de Misericordia: “Ahora bien, nuestro redentor se encarnó para ejercer hacia nosotros su gran misericordia. (cfr. OC VIII 52.53).

La Pastoral Familiar en cada Parroquia y Movimiento/grupo Familiar, la Comunidad Matrimonial “Alegría” estamos llamados a responder a este desafío que nos hace el Señor a través del Papa Francisco,  “ser MISERICORDIOSOS COMO EL PADRE”:

“Cuántas situaciones de precariedad y sufrimiento existen en el mundo de hoy… En este Jubileo la Iglesia será llamada a curar aún más estas heridas, a aliviarlas con el óleo de la consolación, a vendarlas con la misericordia y a curarlas con la solidaridad y la debida atención.  No caigamos en la indiferencia que humilla, en la habitualidad que anestesia el ánimo e impide descubrir la novedad, en el cinismo que destruye.  Abramos nuestros ojos para mirar las miserias del mundo, las heridas de tantos hermanos y hermanas privados de la dignidad, y sintámonos provocados a escuchar su grito de auxilio.  Nuestras manos estrechen sus manos, y acerquémoslos a nosotros para que sientan el calor de nuestra presencia, de nuestra amistad y de la fraternidad.  Que su grito se vuelva el nuestro y juntos podamos romper la barrera de la indiferencia que suele reinar campantemente para esconder la hipocresía y el egoísmo. (MV 15).

Qué bueno que podamos concretar este llamado. El mundo   necesita parejas y familias que la mueva ese autentico  amor misericordioso y que sean testimonio claro para nuestra sociedad.  Para algunos se necesita sólo dar un primer paso en la dirección justa. 

Los recuerdo en mi oración y los confío a los corazones misericordiosos de Jesús y de María. 

P. Raúl Téllez V. CJM

Director Pastoral Familiar del Minuto de Dios

rtellev@hotmail.com